En este año 2011 se realizará la 16ª edición de la Gran Cabalgata Villista con un recorrido que inicia desde la ciudad de Chihuahua el día 10 de Julio, en donde se une el contingente proveniente de Juárez, finalizando en Parral, contingente al cual se irán agregando jinetes que engrosarán sus filas incluyendo a algunos de lugares tan distantes como Casas Grandes y Janos, en la zona noroeste del Estado y de otros lugares, incluyendo Coahuila, Zacatecas, Aguascalientes, Guadalajara, Durango y El Paso, Texas para alcanzar un estimado de 3,000 jinetes que arribarán el 17 de julio a Hidalgo del Parral.
La cabalgata sigue la ruta del antiguo Camino Real de Tierra Adentro, que iba de Santa Fe a la Ciudad de México. Recorre el trayecto de la Carretera 45 de Cd. Juárez hacia el sur hasta la Ciudad de Chihuahua donde se desvía hacia el suroeste por la Carretera 16; después hacia el sur, en forma paralela a la Carretera 24, terminando en Parral. En el descanso de cada noche, el grupo es atendido por la gente local, ya sea de una ciudad, pueblo o rancho.
Esta Cabalgata partirá de la ciudad de Chihuahua de la Plaza del Ángel, Pernoctarán los jinetes esa noche en la Unión Ganadera donde los espera una gran fiesta, para continuar su camino el lunes 11 de julio hasta la comunidad del Alamillo, que es una de las primeras paradas saliendo de Chihuahua Capital.
Las veredas desconocidas se van encontrando poco a poco con la ayuda de los binoculares ya que en ciertos tramos resulta inexistente. En el camino, nuevos participantes se unen a los jinetes y a sus familias. Uno de éstos se despierta al amanecer a tocar su trompeta en una diana militar. La cabalgata crece con cada día que pasa, reforzada con monturas frescas y un espíritu de patriotismo. El sentido de comunidad que se logra es palpable: hay un gran número de jinetes menores de edad—algunos cabalgan con estilo impecable—, las familias acampan juntas y el cuidado de los caballos y sus monturas se comparte entre todos.
Los pueblos también hacen alarde de lo suyo, casi todos celebran la llegada de la cabalgata con una buena fiesta, la especialidad de México. La cerveza está siempre fría y el tequila no falta ni de noche ni de día.
En Satevo, un pueblo de buen tamaño a orillas de un lindo río, todos se reúnen en el zócalo bajo el espeso follaje de los árboles. La escena la completa la recién restaurada iglesia colonial, de un blanco resplandeciente que contrasta con el fondo azul brillante del cielo chihuahuense.
El sombrero es requisito en un viaje tan arduo, donde la sombra es más bien la excepción y no la regla. La enorme variedad desplegada siempre es verdaderamente sorprendente: se ve de todo, desde el sencillo estilo vaquero de paja hasta los grandes sombreros de alas anchas y volteadas de los jinetes de Jalisco. La vestimenta que se usa es práctica y con razón, pues el fino polvo del desierto todo lo cubre. Sin embargo, los paliacates ofrecen un toque de color, y las chaparreras, botas y guantes de piel repujada se destacan por la hermosura de su diseño y la individualidad de sus dueños.
El camino baja desde El Faro hasta un valle, cruzando a través de unas colinas pobladas de mezquite. La proximidad de los árboles al agua los ha llenado de dulces vainas que se pueden recoger fácilmente al pasar. Luego de una cabalgata de doce horas a través de uno de los territorios más secos, la procesión llegará al Valle de Zaragoza, donde las preciosas aguas del Río Conchos apoyan la agricultura por varios kilómetros a la redonda. En los portales del pueblo recibirán a los cabalgantes con bombos y platillos: pescado fresco a la parrilla, chile con carne, tortillas y latas de cerveza helada.
En Parral la Cabalgata realizará un desfile por las principales calles de la ciudad, para dirigirse a las instalaciones de la Mina la Prieta, donde se efectuará un Rodeo y se amenizará el festejo con la música y la alegría del pueblo. Allá nos vemos.
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