Ubicado entre las profundidades de la Barranca de Batopilas, a una altitud de sólo 420 metros sobre el nivel del mar, constituye una odisea descender hasta el poblado de Batopilas desde la parte alta de la sierra, a más de dos mil trescientos metros, es entrar a una región casi tropical dentro de la inmensidad de la serranía; rica en historia y pródiga en cuanto a la belleza natural y conservación de sus antiguas construcciones.
Su nombre significa -río cerrado o río encajonado-, de acuerdo a la denominación que en su propia lengua le deban al lugar los naturales de la región, en donde estaban asentados grupos de indígenas tubares y rarámuri.
Gracias a la riqueza de sus minas de plata, Batopilas fue desde la época colonial un lugar famoso, siendo descubiertos sus minerales por Pedro de la Cruz en el año de 1708, aunque aquella zona ya había sido pacificada desde 1690, cuando fueron encontradas las minas de Urique.
Para llegar a esta población asentada junto al río que lleva el mismo nombre, se puede partir de Creel por la carretera a Guachochi y en el entronque de Samachique, se sigue por un camino de terracería de unos 70 kilómetros.
Ahí precisamente es donde inicia la aventura, pues se trata de un tramo en descenso, por lo que a lo largo de la jornada se observan innumerables acantilados, parajes con bosques de coníferas y diversas formaciones rocosas en colores marrón, rosa y blanco, todo lo cual resulta un grato espectáculo para los visitantes.
El atractivo del lugar fueron desde tiempos inmemoriales sus vetas de plata y aunque hubo varios centros mineros que se asentaron en la región, como Ocampo, Uruachi, Maguarichi y Urique, ninguno rivalizó con la riqueza que en sus entrañas guardaban las barrancas de Batopilas.
Sin duda, el edificio más bello de toda de la Sierra Tarahumara es la iglesia de la Misión Jesuita del Santo Ángel Custodio de Satevó, que data de fines del siglo XVII, es de destacar el hecho de que fue edificada en medio de la barranca, 7 kilómetros río abajo del poblado de Batopilas.
Otras edificaciones de interés histórico, cultural y arquitectónico son el Templo de la Virgen del Carmen; las casas Barffuson y Morales, que datan del siglo XVIII; la casa Bigleer y el propio edificio de la presidencia municipal, construido en el siglo XIX.
Al visitante que llegue por vez primera a Batopilas podrán sorprenderle los drásticos cambios de clima y por tanto de vegetación, que se pueden percibir en la zona, pues debido a las grandes diferencias de altitud, en invierno es lo común sentir el frío en las zonas altas, debido a las heladas y nevadas, mientras que en la profundidad de la barranca se disfruta casi siempre de un clima húmedo y hasta cálido.
Debido a lo anterior en Batopilas se cuenta con una mayor biodiversidad en cuanto a la flora y fauna, pues conviven en una misma región zona geográfica lo mismo especies que son características de zonas boscosas y templadas, con otros típicas de lugares cálidos o subtropicales.
Foto: FernandoRu
2 comentarios:
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